Las generales de la ley

Tal como describe el consultor Ariel Secondo (Mec), los Hostels no tienen la estructura de personal ni de servicios de un hotel tradicional y ese es uno de los motivos por los cuales pueden ofrecer tarifas bastante por debajo, una característica que los hace ser una muy buena opción en momentos de bolsillos flacos. De hecho, en promedio una habitación compartida en un buen hostel de la ciudad hoy ronda los $110 por persona, mientras que la habitación en un hotel standard (3 estrellas) llega -según los últimos datos de Trivago- a los $800 (es decir, $400 por persona).

“Los factores críticos de este negocio son: ser amigables, bien ubicados, económicos, alegres, con alta funcionalidad. No se busca lujo, ni servicios que le den sofisticación sino lo básico: que sean lugares limpios, agradables, que tengan lavandería, posibilidad de acceso a wifi y buena banda ancha, y espacios de sociabilización”, describió Secondo.

“La crisis internacionales mostró que Argentina recibió menos turistas. Nos transformamos en un país caro y a eso hay que sumarle que no todos entienden lo que sucede con el dólar. El público mochilero que sí lo conoce sigue llegando. Hay que decir que tampoco nos ayudó la publicidad de Rosario como ciudad insegura. A nivel internacional el publico disminuyó y a nivel local la inseguridad y la inflación jugaron en contra del turismo en general, y ahí a los hostels nos cabe las generales de la ley”, asegura Zysman.

Sin embargo, el empresario rescata: “Nosotros brindamos habitaciones similares a la hotelería, con baño privado, y son más económicas porque nuestros servicio es de buena calidad pero no al nivel de un 3 estrellas. Al momento de vacas flacas, cuando viene un grupo de amigos o alguien que viene a un congreso y se queda 4 días, teniendo la posibilidad de cocinarse, el gasto del viaje se le ve mermado y por eso nos elige”. “Hay que buscarle la vuelta: no puedo elevar el valor porque sino la gente no me elige pero a la vez tengo nivel de incidencia en mis costos en alza. Manteniendo la ocupación, que de por si es algo difícil de lograr, mi rentabilidad ha bajado”, comentó al tiempo que dijo que La Casona de Don Jaime (que tiene 15 habitaciones y 60 plazas) hoy trabaja con un 65% de ocupación, un número para nada despreciable a juzgar por el contexto. Una situación similar es la que viven en Hostel Rosarinos. El alojamiento funciona desde 2007 y uno de sus titulares, Franciso, aseguró que es muy notoria la baja del turismo internacional por lo cual hoy viven exclusivamente del turismo interno principalmente segmentado por grupos de jóvenes que llegan de Córdoba y Buenos Aires los fines de semana, y del turismo de congresos entre semana. “El turismo extranjero desapareció. Después del boom que fue Argentina con los precios muy baratos, hoy hubo una retracción. Sin embargo ese turismo para quien el país era muy económico, ya no existe más aunque el país lo siga siendo. Al desaparecer ese porcentaje de turistas, la baja se siente”, reconoció.

“Muchos costos para ajustar en un hostel no hay, por eso lo que baja es la rentabilidad y ese es uno de los motivos por lo que muchos hayan cerrado. Hoy estamos con una ocupación menor a otras épocas pero sin la posibilidad de subir las tarifas porque sino quedamos fuera de competencia”, remarcó.